El oxido de zirconio es un material con gran biocompatibilidad, una resistencia a la fatiga y flexión superior al metal, y una menor conductividad térmica.
Se consiguen ajustes perfectos, con el diseño por ordenador y posterior fresado de las estructuras, tanto de coronas individuales como de puentes.
La estética de la cerámica terminada sobre el zirconio es muy elevada, ya que sin el metal de las prótesis convencionales, la luz no encuentra barreras y es reflejada de una manera totalmente natural.
